La señora Torrija Barril se ha denunciado a sí misma por gorda. Sí, efectivamente; la mujer, la ballena ésta sabedora de que su aspecto físico ya se había llevado por delante, queremos decir con "ya se había llevado por delante", que había matado del susto, a varios viandantes que, por desgracia, se la encontraron de repente comprando azulejos para el hogar -dulce hogar- (aquí hay gente que se cree que va a vivir eternamente, ¡hostia, qué miedo!, eternamente, ¡la madre que me parió! Se creen inmortales. Es que es la hostia, hay que tener ganas!). Retomo la información que me ocupaba y ocupa (¡hostia qué paro hay en éste mi puto país de los putos cojones, cinco millones y pico, tronko); retomo pues y digo, escribo que Torrija Barril (aficionada al anís y a la caza mayor) aniquilada por la conciencia tomó la decisión de denunciarse a sí misma “En donde corresponde hacer estas cosas”. Allí, “En donde corresponde hacer estas cosas”, se la tomaron a cachondeo y le dijeron: -Mire, señora, mire, ¿ve dónde está la puerta por la que ha entrado aquí, “En donde corresponde hacer estas cosas”?, pues ya está dando media vuelta para salir por ella echando virutas si no quiere que le cante algo de Raphael. ¡Hale! ¡Vía, fuera, largo!"

"Qué mala educación, qué groseros, qué Que", pensaba dando voces Torrija Barril, mientras se alejaba de “En donde hay que hace estas cosas”. Ya en casa -en el dulce hogar-, Torrija se puso a freír unos huevos fritos –sí, aunque ya venían fritos ella insistió, y eso que eran 3.500- con patatas fritas (en una cantidad proporcional a los huevos), ansiosa por que llegara del trabajo su mongólico esposo -éste era consejero de administración de una grandíiiiiisimaaaa empresa, y allí tenía un despachón en el que se pasaba todo el tiempo que dedicaba al trabajo contándose los pelos de los huevos-, Isajías Jaramillo Debuenafamilia, para contarle lo que le había sucedido y lo que había sufrido. Llegó Isajías Jaramillo Debuenafamilia , ella le contó todo, comieron como cerdos y se echaron una siesta. 

La cosa no trascendió y quedo en una mera y mero (me cagoensos) anécdota.

Juanferri

El Vaticano (Vaticano: dicho con el debido respeto y sin ninguna mala intención) excomulga al arzobispo Mingas Polainas Minguecharre. Mingas Polainas Minguecharre, famoso por sus exorcismos, sanaciones y brujerías ya no es arzobispo, ni arzobispa, ni nada de nada. Está excomulgado, que no es cosa baladí ni balada.La Santa Sede (Santa Sede: dicho con el debido respeto y sin ninguna mala intención) excomulgó al histérico, neurótico y revolucionario arzobispo de Peonza (capital de Codera), de 96 años, que contrajo matrimonio (¡hay que tener huevos!) recientemente con Soltiasanta Otiriona, una acupunturista alemana de 100 años. Sí, 100, 100 años. ¡El amor es ciego, amigos! En una declaración el portavoz del Papa (Papa: nombrado con el debido respeto, en serio, ¡eh!), Quetiempo Haráez Mañá, sentenció lapidariamente y con gesto de estreñimiento lo siguiente: "Con este matrimonio él se ha puesto de hecho en fuera de juego y ha causado una herida que nos ha obligado a pitar eso: fuera de juego". "Por esto -agregó-, él no podrá ser considerado arzobispo ni aunque se ponga de rodillas y lo pida por favor".

Dolor y tristeza ante este escándalo es lo que se respiraba en todos los casinos del Mundo.

Según los expertos, es de esperar  que una churrera se desplace hasta Peonza (capital de Cordera) para jugar una partida de póquer con el defenestrado Polainas Minguecharre, a ver si así se le pasa el disgusto y recupera las ganas de vivir con alegría su nueva vida.
 

Diego R.

Un señor, Evangelio Paz, de mediana edad y de estatura gruesa, va y pide un crédito en el Banco Telosoplo, en la localidad Riojanaleonesa de Patatranca, y el banco se lo concede de inmediato, al momento.

Evangelio Paz, al salir de la sucursal bancaria, sufre un infarto, un ataque al corazón sin contemplaciones, y cae muerto en la vía pública, así, sin más.

¿Fue la sorpresa? ¿Había antecedentes familiares de padecimientos cardiacos?...Nada se sabe de momento, aunque todo apunta a que Evangelio Paz no supo asimilar la sorpresa de tan increíble acontecimiento.

Ahora la familia del difunto ha puesto una denuncia al banco por actuar como actuó. En fin.

Diego R.

Antipuerros Parafinillo Basculante, experto en arte (pintura), sin ningún complejo y con unos conocimientos profundos y amplios sobre el mundo, el proceloso mundo de Los cantamañanas, afirmó recientemente, a través de un altavoz hecho de cartón , en un parque de la capital de Portugal, ante unos, digamos, dos oyentes, de los cuales uno era mudo y el otro medio sordo, que El Guernica de Picasso era una puta patata, un engendro de cuadro, una autentica mierda y que el caballero que lo pintó, el señorito Ruiz Picasso, era, es un engañabobos. Era, según Antipuerros, un mal mal dibujante, una peor escultor, un pintor mediocre -bueno, digamos corriente-, un artistillilisto que, tanto en sus pinturas como en sus penosos dibujos, se aprecia una rigidez, un estatismo y unas carencias que el que no las ve es porque no quiere.Estas manifestaciones de Antipuerros Parafinillo Basculante no han pasado desapercibidas y como no han pasado desapercibidas, un coleccionista de servilletas y de pinturas que se enteró por casualidad y no por la prensa, buscó y encontró en un banco de un paseo a Antipuerros Parafinillo Basculante y, previa presentación: -"Me llamo Palanquinos Colector". "¡Ah!, pues mucho gusto caballero, yo me llamo Antipuerros Parafinillo Basculante".-“Oiga, -le dijo Palanquinos Colector a Antipuerros- ¿usted es consciente de las barbaridades que ha dicho acerca de El Gran Picasso?”. En ese preciso momento, justo al acabar la pregunta el señor Colector, se puso a llover violentamente, torrencialmente, sorprendentemente; esto hizo que ambos, Antipuerros y Palanquinos Colector, echaran a correr en busca de cobijo, cada uno por su lado y a una velocidad superior a la de la luz. Todos los servicios de inteligencia del Mundo están buscando una explicación a este suceso que ha dejado conmovidas a todas las personas que tienen nariz en la cara.

Diego R.

Marcelino Pan y Vino, el famoso saltador de pértiga, se cae desde el último piso de un rascacielos -piso 103- con tan mala suerte que se rompe un tobillo y, estando semiinconsciente- le roban la cartera.

Ocurrió en Balbinia, la capital de Niguaría, en el continente Malú-Malú.

Informó Juanferri (sucesos)