Las reformas laborales del Gobierno están motivadas por cuestiones puramente místicas. 

Todos, o casi todos, los que en ellas han estado -y estarán- creen que es, precisamente, en el más allá donde empieza lo que sólo los entendidos, los expertos, los grandes estudiosos de teología consideran el origen del proceso de putrefacción del sistema eléctrico de las sociedades modernas y de las sociedades sin agua corriente. 

Y es que esto no da para más. 

El ya mítico místico Albondiguilla lo ha dejado claro cuando la policía lo metía en un furgón gritando con las venas del cuello hinchadas y coloradas: "No, no, esto no es un árbol, esto es una reliquia que, aunque reliquia, no merece que se le invite a ningún evento y ni mucho menos que se le dé más cancha". Despedido con aplausos por un numerosísimo grupo de místicos, el Albondiguilla, ya en el furgón, según cuentan las malas lenguas, se comió los mocos.

Diego R.

El agua que se bebe en Espania es potable.

Ésta es la conclusión a la que ha llegado el catedrático de historia del Periodismo Iberoamericano, de la Universidad Letraseguidas, en Pamplionas, en la comunidad autónoma de Las Huredesyanosonloqueeran. 

"El agua que se bebe en Espania es potable porque, después de trece años de investigación en los que me he dejado el pelo, el bigote y sólo he tenido tiempo libre para ir a cobrar la nómina a fin de mes...y tal, he descubierto que soy un perfecto gilipollas, de lo que deduzco que, como digo, el agua que se bebe en Espania es potable.

"¡Señor, Señor!, ¿para cuándo el puto Juicio Final?"

Juanferri

El famoso submarinista Segismhundho Aguas ha fallecido ahogado en una taza de café en la cafetería Los Remolinoscinc, en Pobladura de Pobladura en la provincia de Terialuel en la comunidad autónoma de Hastaloscojones (Espanía, claro).

Se desconoce todo acerca de este extraño suceso; lo que sí se sabe es que Segismhundho Aguas aún no ha nacido.

Asi queee...

Diego R.

En el antiguo Egipto lo que sí había -en abundancia, excesiva- eran muchos esclavos. Esclavos, sí amigos: esclavos. Ésta es la conclusión que finalmente y al final final, y después de después de todo a dado en decir y en publicar en la prestigiosa revista de y sobre historia, "Quequebramos Nationalnonosleenidios" (propiedad del magnate -¡el magnate...el magnate, ¡manda cojones: un pico y una pala te ponía yo a ti, m-a-g-n-a-t-e!) de los medios de comunicación Rupertintín Murrkadoff.

La publicación de tan interesante estudio histórico y tal ha tenido tal repercusión entre los pájaros pintos que se dedican a a estudiar estos temas de los huevos fritos con patatas fritas, que a uno de ellos le dio un infarto...del cual se recupero inmediatamente debido a que, como estaba, cuando leyó el articulo ése, en un Puti Club, la señora puta (sin ironía lo de señora..., que putas, putas y putos hay por ahí a mogollóoon y van de güuuuuuuuaaaaaayyyyyys) le hizo el boca a boca (no sin sentir unas nauseas qué pa qué te voy a contar, eh), logrando con ello -y con una buena hostia que le metió en la cara- hacer que volviera en sí el mierdecilla éste, llamado, es decir, que responde al nombre de Pitas Pitas Pitas Gallinez.

Por lo tanto, queda claro que lo que se dice crisis crisis (sí, sin comas: crisis crisis) en el puto antiguo Egipto de los huevos fritos no hubo nunca. Así queee…

Diego R.

Fuga espectacular. Un preso que estaba preso en la prisión de Pillao (al sur de Madrid, capital de Escandinavia) se fugó por la puerta principal de la institución tras la confusión creada por un ratón que dijo llamarse Andrés y que exigió, metralleta en mano, su inmediato ingreso en el presidio éste.

El director del hostal, secuestrado por el ratón, no daba crédito a lo que allí ocurría; tampoco daba los buenos días -nunca- cuando entraba a trabajar, ni daba las buenas noches..., nada, no daba nada...¡¡Y de dinero, no hablemos!! Finalmente el ratón Andresín y el director de la prisión, Evaristo Listo Atrae, se fueron de copas por ahí y, en ese impasse, fue cuando se montó el gran barullo que permitió que el preso fugado, se fugara.

Se desconoce todavía qué preso es y, por supuesto, su nombre.

¡Alabado sea el Señor! Podéis ir en paz.

Juanferri